¿Cómo sería el mundo sin los colores? ¿Qué sería de nosotros sin éstos? ¿Cómo diferenciaríamos lo que nos rodea? Probablemente sería un mundo triste, oscuro, inerte y sin fuerza. El color impregna la vida, la riqueza para que el mundo se diferencie de lo insípido. No solo la forma, el volumen, la textura y el contraste posibilitan que las cosas sean diferentes. El color es el toque final, la parte estética y armoniosa de las cosas. Todo lo que es bello va ligado al arte, todo lo que emana expresión, color, fuerza y sensibilidad, es musa para variedad de artistas.
¿Qué sería del mundo, de nuestras vidas, sin el color verde?
La vida en verde es la vida propiamente dicha. Así como al color rojo se lo asocia con la pasión, el verde es el color de la vida.
¿Qué harían los movimientos ecologistas sin el verde? Si verdes son sus banderas, sinónimo de Naturaleza. Si verdes son los árboles en primavera y la savia que corre por sus ramas y los nutre…
Verdes son las frutas a las que todavía les falta maduración. Por eso, a este color también se lo relaciona con la juventud: “estar verde” es ser inexperto, pero tener el certero deseo y la fuerza necesaria para madurar.
¿Qué sería de nosotros, los hombres, si no pudiéramos ver más allá de nuestro presente, sino pudiéramos proyectar ni avanzar? El verde nos exhorta a seguir imaginando, proyectando, porque solamente existe la luz verde que conduce a la realización de los deseos. Este color trasunta una sensación de bienestar, prosperidad y felicidad que se construye en una grata promesa a futuro. Sí, el verde es la esperanza.
Por eso, ¡Verde, que te quiero verde!
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Deck Garden
Hace 1 año
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